Primavera.

Primavera.
Lachine, Montreal. foto E.Remolina

martes, 7 de octubre de 2008

Antes de que lo olvide.

Quiero recordar la calle de mi infancia, con su viejo refugiado español que caminaba y me decía “guapa”.
El que dejó su patria y llegó a otra. Igual que mi madre; igual que yo ahora. Mas aún pienso que no hay más patria que el amor ni más vida que la hecha. Aunque se haga la vida de memorias, nostalgia y pasos perdidos y pasados. Aunque nos guste llorarla sin pensar en lo que viene y seguir sin aprender de lo que fue.
Quiero quedarme con mi padre aún joven y mi hermana aún niña. Ahora los dos usan batas; y curan a perros y a niños tristes o mujeres sin hijos.
Quiero volver a la cuadra de atrás cuando era aún grande para las escondidillas, antes de que fuera pequeña para estacionarse.
Quiero volver a odiar al Sabina y al fútbol. Allá cuando aún no me dolía la música de mi padre ni entendía del nacionalismo o los mundiales.
Quiero tener a mi madre bailando siempre. Con su flamenco y su arte. Con la Andalucía que dejó en España y la que trajo a México. Quiero terminarme la paella aunque no me guste.
Quiero que mis abuelos regresen. Volverme a sentar en el huerto con uno y comer tomates; mirar al otro serio en el sillón, con sus reconocimientos, su psiquiatría y un montón de gente en casa.
Seguir escuchando siempre a mi abuela reírse y hablar con nostalgia del México que se llevó a su hija y el cielo al que se fue la otra; quiero odiar a Franco con las ganas de ella y recordar el hambre con sus ojos.
Quiero que mi otra abuela siga escribiendo y tocando la harmónica siempre desde su casa al sur de la ciudad; quiero volver a leer todos sus libros. Quiero tener su silencio y su paz.
Quiero guardar mi vida de a poquito para no perderla ni perderme. Irme a la cama a las ocho. Esconderme bajo las escaleras en el Kinder para no entrar a clases con mi primer amiga y una baraja.
Volver a temerle a la vieja directora de la escuela que era inglesa y andaba en silla de ruedas.
Quiero volver a jugar con mis primos; descubrir con sorpresa que los Reyes Magos sabían que éramos primas y nos traían la misma ropa en distintos colores.
Quiero escuchar otra vez a Cri Cri, llorar con la Muñeca Fea y creerme sobrina de un tal Gamboín.
Volver al calor de Granada cada verano, a las escopetas de mis tíos y al olor a monte y a olivo.
Quiero volver a casa de la tía Isabel cada 24 de diciembre. A la mesa con más de veinte para los festejos y dejar que las lágrimas caigan sin pena antes de irme a dormir después de los abrazos.
Quiero cumplir alguna vez mis propósitos y escuchar con atención las historias de familia. Volver a correr libre en el parque cuando el parque era el mundo y del mundo sabía poco.
Quiero volver a Chacahua, a mis tíos los hippies y a la combi descompuesta de mi padre.
Volver al segundo grado cuando me hablaron de la conquista y le enseñé a la maestra del respeto a los españoles.
Quiero recordar lo que en su momento pensé era mi primer amor; ese chico de ojos grandes que me buscaba y me enseñó que el que no se cansa, alcanza.
Quedarme con ese día que desabrochó mi camisa una noche de invierno en el coche de un amigo.
Cuando empecé a pensar que las monjas sabían menos que yo y que esa cajita del pudor de la que hablaban, sabía mejor cuando estaba abierta.
Quiero volver a llorarle al amor sin conocerlo. Volver a temerle a la dirección y no a la vida.
Quiero volver a creer en Dios. Leer otra vez la vida de Víctor Jara.
Ser Julieta o Dulcinea de nuevo en las obras de escuela.
Quiero ponerme otra vez la corbata y las calcetas altas para ir al colegio. Odiar el uniforme y a la niña que creía saberlo todo.
Quiero dejar de ser adulto y de pensar en los errores del pasado.
Emborracharme por vez primera en Ixtapa y ésta vez, dejarme llevar por ese chico desconocido al rincón lejos del resto.
Quiero pensar menos y vivir más.
Sentarme una tarde cualquiera en un café con el Gabo y la Negra cuando pensábamos haber crecido y saberlo todo.
Quiero volver a creer que amaba una y otra vez cuando no era cierto. Pasar una tarde romántica viendo al Alex Lora en lugar del noticiero.
Volver a Acaxochitlán; a las noches con linternas e historias de fantasmas.
Quiero creerme revolucionaria y mudarme de nuevo a Barcelona.
Quiero descubrir una vez más, con los ojos y el corazón abierto, la magia que años atrás había en las Ramblas. Quiero volver a reírme de la vida.
Estudiar fotografía otra vez y con más ganas. Fumar mis primeros porros y sentir esa risa en la panza.
Quiero subir otra vez el Tepozteco.
Descubrir de nuevo al Bob Dylan, a José Alfredo y a Serrat.
Quiero sentarme en cualquier banqueta con una caguama y aquél moribundo que una noche creyó yo era un ángel.
Quiero volver a ser niña, a querer ser madre y doctora o cantante.
Recordar a Alicia y olvidar el día que descubrí la guerra al lado de esos dos niños yugoslavos que adoptaban mis tíos cada verano.
Quiero olvidarme de la muerte y recordar el día que me perdonó en vida.
Quiero conocer otra vez a mi hombre tras haber olvidado a mi mujer y entender, que el amor no se entiende.
Volver a pescar con el Platos, el Mudo y el Compadre. Y ésta vez, soltar esa langosta que me miraba y saltaba desesperada por salvar su vida mientras yo leía a Proust y el resto buceaba.
Quiero aprender a pintar. Volver a la escuela de periodismo; a los buenos amigos y las buenas fiestas. Llorar otra vez ante ése maestro o aprovecharme del otro que me miraba indiscreto.
Quiero correr sin reparo sintiendo la brisa en mi cara y el calor en mi frente.
Beber despacio, comer conciente.
Vivir cada noche como una y ninguna; seguir soñando con los pies en la luna.

10 comentarios:

Rojo Buendía dijo...

Me dejas sin palabras...
leí que "no creo inverosimil que en algun estante del mundo exista un libro total" ... por lo menos, hoy encontre mi texto total.

Sabes, si volviera a nace tambien me decidiría por comenzar a vivir desde el principio.

me dejas ese sabor del café (del buen café) en el paladar, asi hasta podría besarte... eso quiero, pero voy por mi café.

Dámaso Pérez dijo...

Es como si los recuerdos fueran una pequeña y calida mascota acorrucada en tu regazo y que acaricias tiernamente

PD: Aquí entre nos, gracias por el tip ;)

Rojo Buendía dijo...

Coral, y como va esa novela¿?
intercambio, están, keske validando unos cuentitos míos para ver si los publican ... desde hace rato... intercambio de lecturas¿?

mi correo.... es:
chan chan (música de misterio)

Gio Yakún dijo...

Pero si has hecho que lo vivamos contigo!!! ¿Para que vivirlo de nuevo, si te acompaña todo el tiempo, cuando lo escribes y lo traes de nuevo a tu presente y no sólo llegan los colores, sino también los sentidos y, si aguzas realmente la mente quizá hasta te lleguen los aromas y los olores de entonces...?

Qué bonito y qué romántico leerte y vivir contigo todo ello. Lo bueno es que es pasado por que se ha ido para siempre y la vida, TU vida está en el futuro...

Abrazos!

Gio.

Señorita Remolona dijo...

Muchas gracias a todos. Hoy es mi cumpleaños y es un gran regalo las sonrisas que vienen de leer sus comentarios. Estoy fuera de Bucarest en una ciudad que se llama Tulcea y no es tan facil conectarme pero prometo un día de estos hacerlo con más calma.

Señorita Remolona dijo...

ILICH: chanchan@hotmail.com? jajajajajaajajajajajajajaajajajaja
Un gusto leerte como siempre... y la novela... uff larga historia no lo sé en realidad pero digamos que existe...

Adrián dijo...

¿Feliz cumpleaños?

Rojo Buendía dijo...

jejejeje, buen nick para un correo.

FELIZ CUMPLE!!! eso sí.

Unknown dijo...

Hermoso. Y todo esto recordado y revivido aquí es patria tuya y nadie te la quita porque está en tu corazón encendido.

Un abrazo.

Señorita Remolona dijo...

Muchas gracias por el feliz cumpleaños! Así nos toca a todos una vez al año... Ah y felicidades de vuelta atrasadas del 18
Massimo un gusto tenerte por aquí siempre.

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