Me gusta el ruido del fuego porque truena
Porque los troncos se hacen fuertes al quebrarse
Así, como nosotros
Uno se tuerce se retuerce y se dobla
Uno se quiebra de angustia, de calor, de frio…
Chirriamos de miedo y de alegría
Nos vamos tronando poco a poco
Tronamos de amor y desamor entre cenizas
Nos torcemos sin ganas ni remedio
Nos torcemos de dolor de panza,
De sueños nos quebramos
Mira la flama que gime, María
Gime como virgen y se retuerce como ellas también
Gime de olvido, de agonía y de besos
Llora como los machos de caricias y penas
Se va quemando las horas, la culpa y mi boca
Mi boca quema también de vez en cuando
Y se retuerce y gime como virgen también
Y le reza al dios que se olvida de los niños
Pero a ese dios no le basta mi boca
Ni las cenizas de los niños, ni el mundo que provoca
Que se tuerce, retuerce y gime,
Que llora se enceniza, se dobla y se marchita.
Voy a apagarme como flama en el infierno
Callar mi voz para que la oigan
(Entre tanto fuego las flamas deben perderse, supongo)
martes, 10 de marzo de 2009
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