Jugar con el alma
Vestir con palabras
Quitarme la vida
Por ir tras tu espalda
Correr tras tus brazos
Dejar el pasado
Nadar en tu río
Perderme en tu ocaso
Pensar que soy tuya
Tratar de olvidarlo
Creer que eres mío
Cantarte despacio.
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Lachine, Montreal. foto E.Remolina
Porque el poeta a veces piensa saberlo todo. Haberlo vivido todo. Cada beso, cada noche, cada soledad, cada insomnio. Dicen, los que saben de ser poeta, que todos se han vuelto locos, algunos se rinden a la locura -luego los llaman excéntricos, solos, tristes o necios- Y otros mueren intentando vencerla. (Dime que me quieres aún, amor mio; aún con carne, aún con letras y demencia) Yo en cambio, le temí siempre a la locura y nunca quise ser poeta...
Primavera.
Lachine, Montreal. foto E.Remolina
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